Foto: de fuentes abiertas
Ocurre que un árbol comprado empieza a perder sus agujas al día siguiente y parece marchito
Un árbol de Navidad vivo en casa siempre crea una sensación de auténtica fiesta: su rico aroma a pino y su exuberante verdor llenan instantáneamente el espacio de acogimiento.
Sin embargo, ocurre que el árbol comprado al día siguiente empieza a perder sus agujas y a parecer mustio, y entonces el ambiente festivo se desvanece rápidamente. ¿Cómo evitarlo y elegir un árbol de Navidad de calidad?
Esto es a lo que debes prestar atención cuando compres un árbol de Navidad en un bazar de árboles de Navidad:
- Elige un árbol de Navidad de una altura tal que haya al menos 40 cm entre su copa y el techo. No olvides que encima habrá una estrella de Navidad. Para un piso estándar, la altura óptima es de aproximadamente 1,5-2,3 metros, con una altura de techo de 2,7-3 metros.
- Presta atención al grosor del tronco: debe ser de al menos 6-7 cm. Un tronco demasiado fino no soportará el peso de la decoración: las ramas pueden doblarse o incluso romperse.
- Un árbol de Navidad sano tiene agujas blandas y ramas elásticas: se doblan con facilidad y recuperan inmediatamente su forma anterior. Un árbol así durará mucho tiempo sin caerse.
- El color de las agujas debe ser verde intenso, con posibles matices de plateado a azul. Los tonos rojos o amarillos indican deshidratación: un árbol así perderá rápidamente las agujas.
- Rompa algunas agujas y huélalas. Un claro aroma a pino es señal de frescura. Si el olor es débil, es posible que el árbol se haya congelado o secado.
- Sacude ligeramente las ramas. Si las agujas se caen inmediatamente, el árbol no durará mucho. Un árbol de Navidad fresco y sano tiene agujas fuertes y lisas que se sujetan bien.
Así que una cuidadosa selección y unas sencillas comprobaciones garantizarán que tu árbol de Navidad se mantenga fresco y bonito durante todo el periodo festivo.
