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Una de las reglas clave es respetarse a uno mismo y a los demás
Un vínculo sano entre la pareja se produce cuando las personas están dispuestas a responder honestamente a preguntas difíciles, establecer límites y respetarse mutuamente.
Como escribe Your Tango, las relaciones estables se mantienen unidas gracias a tres ingredientes clave que son igual de importantes para una pareja romántica, una amistad, una asociación o una interacción profesional. Forman los cimientos que impiden que una relación se rompa aunque los miembros de la pareja parezcan completamente opuestos.
1. valores compartidos
Aunque las personas sean radicalmente distintas en carácter, experiencia profesional o estilo de vida, son las orientaciones vitales comunes las que determinan la dirección de la relación. Estos valores incluyen el deseo de comprensión y la capacidad de escuchar, la apertura a nuevos conocimientos, la apreciación de la paz interior y exterior, la disposición a aceptar retos y seguir adelante.
Las investigaciones sobre Personalidad y Diferencias Individuales demuestran que a las personas les resulta más fácil crear compatibilidad con quienes comparten puntos de vista socioculturales, principios morales, estilos de vida y prioridades similares. Son los valores compartidos los que funcionan como brújula, permitiéndonos avanzar en la misma dirección aunque tengamos personalidades diferentes.
2. Competencias complementarias
Los socios pueden actuar de forma diferente y esto no es una desventaja sino un recurso si tratamos las diferencias no como oposición sino como refuerzo mutuo.
El estudio psicológico «Complementarity of Relationship Partners» confirma que la similitud es atractiva al principio, pero las alianzas a largo plazo suelen basarse en la capacidad de los miembros de la pareja para complementarse. Adoptar un estilo de comportamiento diferente reduce los conflictos y aumenta la calidad de la relación.
3. Respetar
Un elemento esencial de una interacción sana empieza por los límites personales y la autoestima. Una persona que respeta sus propios principios y los expresa abiertamente crea un espacio en el que el respeto mutuo se convierte en la norma.
El respeto debe ser mutuo, porque no sólo se adquiere, sino que se manifiesta conscientemente. En cualquier relación – romántica, de amistad, laboral o incluso en las interacciones con los hijos – reduce los conflictos y ayuda a evitar malentendidos. Estudios científicos indican que el nivel de respeto está directamente relacionado con el nivel de amor, satisfacción y compromiso en una pareja.
